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Para no olvidar: Malvinas nos une

Islas malvinas nos une son argentinas

El 2 de abril es una fecha patria cargada de contenido simbólico, como otras; pero con la particularidad de que quienes fueron protagonistas de esa gesta, todavía viven. Por ser un evento contemporáneo nos rodea de aquellos que acompañaron desde el continente, de quienes volvieron con la frente alta y convencidos de seguir construyendo para nuestro país, y de la memoria de los caídos. En este sentido, hace tiempo que una frase se impone: Malvinas nos une.

Ser un evento contemporáneo lo ubica también y sin embargo, en un lugar incómodo. El 2 de abril, el genuino sentimiento de honor y respeto se mezcla con intencionalidades políticas, con la sensibilidad de viejas heridas que todavía no han sanado y con mucho aprovechamiento de viejos y nuevos ególatras. ¿Hay un camino para preservar la memoria sin caer en esas trampas? ¿O en esta época cargada de violencia corremos el riesgo de que Malvina nos desuna? En este medio no tenemos las respuestas; apenas, retazos de información que pueden ayudar a pensar entre todos qué lugar le damos a esta conmemoración.

Mar del Plata, entre el centro y los márgenes 

En Mar del Plata, los días previos circuló un pedido: el de hacer limpieza del cenotafio ubicado en Aguado y Tripulantes del Fournier. Mientras en el centro, las autoridades municipales preparaban el gran despliegue del miércoles, en el “barrio” la respuesta vino de los vecinos. Esa, entre otras muchas diferencias de algunos sectores con la gestión municipal, llevó a la circulación de información sino falsa, al menos imprecisa; y a la atomización de eventos conmemorativos. 

No es la primera vez que pasa algo como esto en Gral. Pueyrredón. La desidia del gobierno municipal por todo lo que sucede por fuera de la esfera de “lo visible” es una crítica constante de los sectores opositores; y es un apercibimiento que la sociedad viene haciendo a sucesivas gestiones. Lo que muchas veces en Argentina se le llama “deuda histórica”. 

Mientras tanto, la comunidad no baja los brazos: un equipo de trabajo acondiciona el lugar para tener allí otro punto de encuentro, que honre a los caídos sin lujos pero con la dignidad que merecen

Acto y desfile cívico-militar: reunión de voluntades para conservar el legado

Más allá de las críticas, las autoridades tomaron la decisión de focalizar los esfuerzos en el acto oficial, convocado en el monumento emplazado en Diagonal Alberdi y Córdoba, pleno centro. Allí, según relató el presidente del Centro de Soldados ex Combatientes de Malvinas en Mar del Plata, cuando los soldados volvieron de las islas no había nada: solo césped. Fueron ellos, con sus propias manos y fuerza de trabajo, quienes erigieron el cenotafio y plantaron 13 árboles en honor a los caídos. Árboles que aún se conservan y enaltecen la plaza céntrica, por donde cada verano pasan miles y miles de turistas.

A media mañana, cuando comienza el acto, la plaza está naranja y repleta. Hay grandes y chicos mirando con atención todo lo que pasa, hay veteranos y estudiantes sosteniendo banderas y esperando la entonación del himno, hay fuego crepitando en el cenotafio. Un nene saluda la cámara: está siendo parte de un recuerdo que, aunque no vivió en primera persona, es suyo y está vivo. 

Un rato más tarde, el desfile. Los veteranos, a la cabeza. Después, quienes tienen hoy la tarea de defender la patria: militares, civiles, voluntarios. Todo sucede en orden y con fuerza. En los ojos de quienes desfilan se entrevé una certeza: Malvinas nos une

Frío y respetuoso: el acto en Puerto Madryn

Fuera de Mar del Plata y de la órbita de la Provincia de Buenos Aires, también hay homenajes. La vigilia encuentra a un veterano que ha viajado de lejos izando la bandera a media asta en honor a los caídos. El cenotafio madrynense, de noche, se percibe frío y digno. 

Al otro día los actos empiezan hacia las 11. Es literal: la temperatura y el viento son inclementes. Igual, en la ceremonia se hacen presentes ex combatientes, familias, autoridades y medios. El acto se lleva adelante con tranquilidad y mucho respeto. El silencio es otra forma de honrar el pasado

Malvinas nos une: prohibido olvidar

Cada 2 de abril, se dice mucho, se escribe mucho, se recuerda mucho. No está mal: quizá para algunos pequeños, que haya una fecha conmemorativa en el calendario es la única forma de enterarse que nuestro país todavía reclama soberanía sobre unas Islas del Atlántico, por la que muchos dieron la vida. 

Pero ese ejercicio de soberanía, para quienes trabajan en él, es diario. Forma parte de su quehacer cotidiano y es una batalla que no se da con armas, sino con tiempo. En la permanente construcción de una memoria colectiva, que recupere a todos y cada uno de los que participaron de ese episodio de la historia, se va construyendo el tejido cultural que, una vez más, nos interpela. Malvinas es una historia viva, y si algo nos une es una convicción: fueron, son y serán argentinas