Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors
page
notas_de_radio
noticias
programa

Más carne que pescado en Semana Santa

De acuerdo al informe, nuestro país siempre se mantuvo en unos 6,8 kg per cápita, pero en los últimos tres años la ingesta bajó un 26 %, ubicándose, con apenas 5,1 kilos anuales, muy por debajo de países como Chile (13 kg), Brasil (10 kg) o México (8 kg), e incluso muy lejos del promedio mundial que supera los 20 kg por persona.

El trabajo evaluó el comportamiento de los consumidores tomando como referencia el valor más económico por kg de las especies marinas (Filet de merluza) en comparación con el mismo rango del corte bovino para milanesa (bola de lomo). Al mismo tiempo, el organismo detalló que el relevamiento se llevó a cabo entre el 15 de marzo y el 5 de abril, tomando como referencia el mismo periodo de los últimos 12 meses en diferentes comercios minoristas y mayoristas, entre los que se destacan grandes supermercados, carnicerías y pescaderías sobre un total de 15 puntos geográficos de todo el país.

El estudio está basado sobre los valores actuales tomados de los sitios online de las cadenas de retail y se analizaron 375 testimonios en vía pública, sobre hombres y mujeres de entre 18 y 65 años.

El informe arrojó llamativamente que pese a la crisis económica que atraviesa el país y a que el filet de merluza congelado puede llegar a costar hasta un 70% menos que un kilo de bola de lomo, el consumidor argentino sigue prefiriendo la carne vacuna. Los cortes de pescado, en general, son significativamente mucho más baratos, con diferenciales de hasta $10.000 por kilo (según especie y calidad), pero eso no se traduce en el consumo.

Según el relevamiento, sólo tres de cada diez argentinos reconocieron que van a comer pescado durante la vigilia de las Pascuas, mientras que cinco de los encuestados afirmaron que apuestan por las carnes y los dos restantes se dividen entre pastas y otros menús más económicos. Entre los comerciantes, la proporción marca la misma tendencia.

De este modo, el pescado pierde la batalla del consumo interno, aún con precios por kilogramo mucho más bajos.

El fenómeno resulta paradójico sostiene la Fundación: mientras el país produce más de 750.000 toneladas de productos marinos y 40.000 de origen continental al año, el consumo interno sigue desplomándose. En 2024, las ventas por Semana Santa ya habían caído un 35%, apenas por encima de los niveles del Rodrigazo de 1975, y este año la tendencia se agudiza, alcanzando niveles bajísimos, aún con precios mucho más competitivos que en otros años.

Al respecto, Raúl Cereseto, Presidente de la FULASP, sostuvo que “la evidencia muestra que el bajo consumo no es solo una cuestión de precio, sino que tiene claras connotaciones culturales, educativas y estructurales”.

El trabajo observa que, a nivel global, entre los países con mayor consumo de pescado per cápita se incluye a Islandia, con 90,71 kg, las Islas Feroe y las Maldivas, todos con ingestas anuales superiores a 80 kg por persona.

“Existen barreras culturales, de infraestructura, educativas y de legislación”, agregó Cereseto. “La falta de campañas sostenidas de promoción del consumo, el bajo acceso al pescado en el interior del país, y la histórica concentración del sistema productivo en la exportación agravan la situación.”

Desde Europa, instituciones como Pesca España, Conxemar y AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) vienen desarrollando campañas en colegios para introducir el pescado desde la infancia, como parte de una dieta equilibrada.

“El pescado es una de las proteínas animales más saludables, ricas en ácidos grasos omega-3, esenciales para el desarrollo cognitivo, la salud cardiovascular y el sistema inmune en la niñez”, detalla el trabajo de la FULASP.

Desde el organismo internacional con sede en Buenos Aires, adelantaron que se está trabajando, conjuntamente con otras entidades, en un proyecto de ley que buscará incrementar el consumo interno. Entre otros ítems, la iniciativa propone cuatro puntos fundamentales: brindar educación alimentaria en las escuelas con una comunicación clara sobre los beneficios del pescado, trabajar sobre la formación del personal en comedores escolares y aplicar una reducción del IVA y otros incentivos fiscales para el pescado local.

Los números son la consecuencia lógica de que nunca se haya legislado para fomentar el consumo, ni se haya integrado la educación alimentaria sobre productos de la pesquería nacional. “Se trabajó sobre este informe justamente para generar conciencia y visibilizar que Argentina tiene una oportunidad estratégica de vincular la producción pesquera con el sistema alimentario nacional, empezando por las infancias”, afirmaron desde la Fundación.