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Está mal. Pero no tan mal…

Desde hace meses el sector Pesquero está (o estaba) reclamando tener certidumbre con respecto al reparto de las Cuotas Individuales de Transferencia de Capturas (CITC). Una sigla tan difícil de pronunciar como de entender.

Entre las tantas cosas incomprensibles aparece una situación más: en el momento en que se tuvo que redactar y “afinar” la Ley que rige a la séptima fuerza exportadora del país, todos estuvieron dentro, ya sea opinando, tratando de torcer voluntades y haciendo “sugerencias”.

Hoy llamativa no se involucran pero sí reclaman participación. Difícil de entender, pero tal vez no tanto.

Cuando se otorgaron hace 15 años buscando un lógico ordenamiento en la pesquería de los distintos tipos de merluza, nadie suponía que el 31 de diciembre de 2024 (fecha de vencimiento) iba a estar tan cerca, pero ya está a la vuelta de la esquina.

Lo que el sector reclama a viva voz es previsibilidad, aunque da la sensación que los únicos que la reclaman son los empresarios -con justa razón porque son los inversores- pero hay una parte tan fundamental en el entramado pesquero que son nada menos que los trabajadores.

“Sin empresas no hay trabajadores, pero sin trabajadores no hay empresas”. Esa frase acuñada no es un mero juego de palabras y aunque parezca una obviedad, es lo que se debe entender y algunos no lo hacen, o no quieren razonarlo. Aunque pensándolo con más pasividad, directamente no quieren hacerlo.

Difícil es en el contexto económico argentino actual mantener un equilibrio en el bolsillo de aquellos que ejercen una de las profesiones más riesgosas del mundo. Cómo también les resulta un desgaste mental desaconsejado a quienes están en el mismo sector haciendo su trabajo en tierra.

La previsibilidad en cualquier actividad es fundamental, por eso el reclamo y por eso también “la vista gorda” de varios.

El sector sabe que tiene enemigos. Y esos enemigos son argentinos que justamente deberían defenderlos.

“Pescan gratis” intentó instalar un ministro tan difícil de entender como la pronunciación de su apellido, asesorado por gente del sector. ¿Cómo? Sí. Aunque parezca también insólito e increíble, más allá que el/los involucrados lo nieguen.

Lo que no está tan mal, que entre las denuncias por pedidos de coimas para otorgar permisos que corresponden otorgar, de haya dado una ventana de días para otorgar las cuotas de captura de Merluza hubbsi. Entre tantas sospechas lo único que se habría conseguido son más sospechas.

Pero hay más, siempre hay más en el sector Pesquero cuál caja de sorpresas, pero ya sería mucho para una sola lectura. Por lo pronto que sigan soplando buenos vientos…

Gustavo A. Seira